La decisión de la UE de que a partir de 2035 sólo se vendan coches eléctricos es más complicada de lo que parece. No hay suficientes estaciones de carga, el suministro de electricidad es incierto y la red eléctrica inestable. Todo ello mientras los fabricantes trabajan en vehículos más eficientes que puedan tener una autonomía de más de 600 kilómetros.
Pero, ¿ofrecerán estos coches la misma libertad en cuanto a movilidad? "Los vehículos no serán el mayor problema. La tecnología está ahí, los vehículos se pueden construir. Los problemas están en las otras dimensiones de esta transformación. La infraestructura de recarga, el acceso a las materias primas, mantener la movilidad asequible y accesible para las pequeñas empresas, para los conductores, los ciudadanos como tú y yo y conseguir esta transformación, incluyendo también la energía verde", ha asegurado Sigrid de Vries, directora general de la Asociación Europea de Constructores de Automóviles.
Ahora mismo, la mitad de las estaciones de recarga de la UE se concentran en sólo dos países, Alemania y Países Bajos Existe el temor a que los ciudadanos pospongan su transición al coche eléctrico hasta que no exista una infraestructura de recarga adecuada, pero a la vez, la construcción de las estaciones de carga dependen del número de coches en circulación.
Además, supone un reto para los proveedores de electricidad. Según las estimaciones, una flota con cientos de millones de nuevos coches eléctricos supondría cientos de miles de millones de kilovatios hora adicionales de electricidad que deberá generarse. "Tenemos que aumentar la producción de electricidad. Eso es lo que estamos planeando. Tenemos que ampliar las energías renovables. En Alemania, ya hemos planificado aumentar la cuota de energía renovable de toda la electricidad hasta el 80% en 2030. Esto ya incluye asumir que alimentaremos todos estos coches eléctricos, pero no sólo los coches eléctricos, sino también la calefacción", ha detallado el eurodiputado de Los Verdes, Michael Bloss.
Por último, está en riesgo la estabilidad de la red eléctrica. Voces críticas argumentan que para soportar el consumo masivo de electricidad de los coches eléctricos serán necesarias fuertes inversiones para mejorar las infraestructuras existentes. La Comisión Europea calcula que esta década se necesitará más de medio billón de euros para modernizar la red energética europea.
El necesario camino hasta 2035 será largo y caro...